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Presque vu

Presque vu

30 abril 2019

presque vu
Todo listo.

El equipo de mate, preparado para asistirte en lo que pueden ser minutos, horas de escritura sin levantarte de esa silla.

Tu sweater livianito, por si el frío del otoño ansioso no te deja pensar. Tus medias más gruesas, tus pantuflas de garras de tigre para mantener tus pies y tu concentración a salvo.

Si hasta te has traído unas galletas al lado de la pc.

La selección de música: tranquila, agradable pero que no te haga tararear.

Entonces, ¿qué pasa?

Los dedos sobre el teclado, el archivo en blanco, el cursor titilando, palpitando, midiendo el paso del tiempo sin que vuelques una sola idea.

Bajás un poco el volumen, irritada. Te servís un mate, ya lavado, helado.

Mirás la hora. Soltás un suspiro.

No, en serio, ¿qué onda?

Te pasás las manos por la cara, como si eso influyera en algo a lo que realmente querés. Tendrías que escarbarte en el cerebro.

¡Si la tenías ahí, en la punta de los dedos!

Apenas despertaste, supiste que tenías la mejor idea. Era el cuento de tu vida. Podrías regodearte de algo tan bien hecho por años, siglos.

¿Y ahora? ¿Cómo es que no te acordás?

O sí, no se ha ido del todo. Sabés que está ahí, que tu inconsciente se ha aferrado a esa historia en un abrazo de hierro y solo ves la sombra, los contornos. Como el nombre de esa compañera de la facu que siempre tuviste en la punta de la lengua y nunca recordabas a tiempo.

Pero este es tu cuento, ya lo escribiste en sueños, querés reclamarlo.

Así que vas a intentarlo. Sabés que sí.

Ponés la computadora en suspensión y sacás un anotador chiquito con una lapicera. Te levantás y dejás el escritorio para ir hasta la cama. Al lado de la almohada, papel y tinta. Ni te sacás la ropa, apenas soltás las pantuflas a las apuradas antes de taparte con las sábanas.

Vas a sumergirte en el sueño de nuevo, no dejarás de dormir hasta encontrar esa idea otra vez.

Aunque te lleve todo el fin de semana.
Déjà vu

Déjà vu

27 abril 2019

deja vuUn error en el alma de los mortales.

Una especie de salto involuntario en las frágiles mentes de estos seres inconscientes, de esta plaga que se hace llamar «humanos». Eso es un déjà vu. La ilusión de un recuerdo inexistente.

Como, por ejemplo, el cabello rubio cobrizo de Layla, girando desde su coleta alta gracias al viento. Como sus pies, sosteniéndose con agilidad imposible sobre el techo de aquella casona. Como, también, sus ojos almendrados, entornados por la enorme sonrisa de los labios carmesí debajo. Su voz aguda, su canto único. Roshan la veía por primera vez y, sin embargo, sentía que ya había vivido aquello.

Todo era tan familiar. El pecho alborotado, la voluntad encendida como una hoguera, la impulsividad de la juventud guiando sus pies hacia ella… Cuánta ingenuidad.

Así fue que, años después, él supo lo que era un verdadero recuerdo.

La luz del sol del mediodía de verano se ensañaba con los ojos del guerrero, en su tarea de vigilante sobre la torre noreste de la muralla. Con tal de descansar un instante, Roshan desvió la mirada hacia el oeste. Y allí estaba, sobre el tejado vacío. Aquella sensación conocida.

Fue casi como verla de nuevo, pero en su imaginación desesperada.

Los rizos cobrizos, al viento. Los pies listos para otro salto, alertas. Los ojos en un guiño, cómplices. La sonrisa eterna, esta vez con esa dulzura que solo lo triste de la última vez puede dar.

Su voz silenciada, para siempre.

Roshan sabía esta vez que sí, que ya lo había vivido. Y que el recuerdo nítido lo perseguiría por el resto de su vida. Pero algo no tendría jamás sentido para él.

Volvía a sentir el pecho alborotarse, la voluntad encenderse más que el incendio de aquella ciudad que se llevó a su amada. Toda su vida podría ser un ciclo sin fin de repeticiones que me tendrían a mí, ser muy por encima de su alcance, en relación permanente.

¿Cómo era que Layla había elegido a semejante insecto? ¿Por qué nos había abandonado, dejándonos en el lazo más detestable posible?

Supe que, ahora sí, la impulsividad no sería lo que guiaría los movimientos de aquel humano estúpido. Ojalá hubiera sabido también que la única estupidez era la mía, al creer que una venganza planeada por una mente tan insignificante no tendría alcance sobre un semidios.

+++
Relato basado en una historia que tengo guardada desde hace mucho. Espero sacarla pronto de borradores para mostrarla. 
¿Y ustedes? ¿Tienen alguna historia pendiente de ver la luz? Cuéntenme en los comentarios.
Jamais vu (El lenguaje de las flores)

Jamais vu (El lenguaje de las flores)

20 abril 2019

jamaisvuAsí fue que lo olvidé por completo. El color del cielo, el estanque lleno de flores de loto, el clima de primavera eterna, el amor de Juan… todo. Cuando llegué de regreso a casa, apenas si recordaba por qué había salido, en dónde había estado todos esos días.

Mi rutina se hizo cargo de la confusión, haciéndola desaparecer hasta que casi no quedaron preguntas. Mis músculos doloridos me llevaron a buscar el descanso tan necesario. Mi mente se apagó, por unos días. Todo gracias al líquido maravilloso de Industrias Mirk.

Es un remedio infalible. No deben dejar de comprarlo.

Sí, así es. No hay lugar para malos sentimientos. La culpa es una pérdida de tiempo. La nostalgia, ni qué decirlo. La via más rápida y productiva para el renacer del ser humano, luego de un hecho traumático, es el olvido. Es el eterno sueño de la humanidad, el de borrar el dolor que nos traen ciertas memorias.

Disculpe, voy a interrumpir la entrevista. Me gustaría que me trajeran un vaso con agua. Mi garganta se siente reseca. Los ojos me arden. Y no se preocupe, yo tampoco sé por qué de pronto estoy riendo.

Déjeme tomarme mi dosis diaria. Un momento, estaré con usted, aleje la cámara mientras bebo el líquido. No sé por qué, sé que debo pedirle que apague esa cosa mientras bebo mi remedio.

Listo. Ahora, continuemos. ¿Qué le estaba diciendo?

¿Lo conozco? Usted es el periodista que iban a enviarme los de la cadena. ¿Por qué tardó tanto? Mire la hora. En fin. Es la primera vez que lo veo por aquí, estoy segura. Un gusto conocerlo. Voy a contarle mi historia y lo haré rápido, porque a veces ocurre que se me va el hilo de lo que estoy hablando.

Así que…

Así…

Así fue que lo olvidé por completo. El color del cielo, el estanque lleno de flores de loto, el clima de primavera eterna, el amor de Juan, todo.

***
Pequeño relato, escrito para el reto de los jueves, propuesto por Soñando uno de tus sueños.
La flor elegida para el desafío es:
Flor de loto: olvido, misterio, verdad, amor lejano, pureza espiritual.

Espero que el significado de la flor se haya visto reflejado.

Noche roja

Noche roja

14 abril 2019

nocherojaMillones de gotas, cayendo sobre el pavimento. Cada chapoteo, en la oscuridad, se llevó la poca paciencia que quedaba en Giorgio. No debería haber salido esa noche de casa. Pero, ¿qué era la seguridad, más que el sueño imposible del ciudadano normal? Para un guardián, las cosas no eran tan simples. Porque a las mejores alimañas les gustaba salir durante las lluvias de sangre. Y él no iba a perderse la recompensa, aunque sus zapatos se arruinaran.

Las palabras del mes de abril: sueño, millones, cada.

Muchas felicidades por los cinco años de este reto (quedan invitados a descargar el ebook recopilatorio, es gratuito). Es un gusto enorme el participar, no me había dado cuenta del paso del tiempo. Gracias por el aporte, me ha hecho escribir aún en las peores épocas de bloqueo. El tipear aunque sea unas pocas palabras, tiene un valor enorme.
Insomnio, Juan Manuel Peñate Rodriguez

Insomnio, Juan Manuel Peñate Rodriguez

10 abril 2019

InsomnioTítulo: Insomnio
Autor: Juan Manuel Peñate Rodriguez
Editorial: Círculo Rojo
Año publicación: 2019
Género: Relatos. Suspenso. Sobrenatural.
Sinopsis: Una joven no termina de entender por qué su misterioso nuevo novio la rehúye cada vez que le propone ir a ver una película. Intrigada, lo pondrá a prueba, sin llegar a imaginar lo que su curiosidad desencadena; un escritor falto de ideas que cree haber tocado fondo empieza a padecer un persistente insomnio. Sin embargo, para su desconcierto, en sus largas vigilias extrañas compañías acudirán en su rescate; unos soldados llegan a una pequeña localidad huyendo del horror de la guerra. Allí, en lo profundo de la selva, un burdel se convertirá en el último rincón donde burlar a la muerte, un oasis en mitad del infierno; un hombre atrapado entre dos mundos, con el corazón dividido, tendrá que tomar una decisión desesperada con tal de no perder la cordura y dejar de repetirse la misma pregunta una vez tras otra: «¿Es posible amar a dos mujeres cuando una de ellas es…?».Tras Al otro lado del cristal y El niño pájaro, el autor vuelve a abrirnos las compuertas de mundos inquietantes y perturbadores que están aquí mismo, en escenarios en apariencia cotidianos como lo pueden ser un cine, la terraza de un ático, el prostíbulo de un pueblo o una colina en mitad del campo, donde la realidad se mezcla con lo sobrenatural y lo ordinario acaba dando paso a lo insólito.
Pueden obtenerlo: Aquí

Opinión personal: Esta reseña llega por cortesía de la lectura conjunta organizada por MonTse y su blog Amor y palabras. Me he reencontrado con un autor al que disfruté muchísimo en ocasiones anteriores (pueden ver las reseñas de Al otro lado del cristal y El niño pájaro). Apenas vi que tenía la oportunidad de sumergirme en otras de sus historias, anticipé que sería buenísimo. Ahora, luego de finalizarlo, puedo decir que no me he equivocado.

Les hago un mini resumen de los cuentos que nos presenta esta entrega. Lo interesante, además de la sensación de estar leyendo a algún grande del suspenso, es que hay elementos en común entre las mismas. Se agradece el guiño constante a los lectores de sus obras anteriores, con la mención de fondo de los personajes de Al otro lado del cristal y El Niño pájaro:

En el cine: Dos historias, aparentemente sin un nexo en común, se convierten en una, por la horrible cadena del destino. Reconozco que tardé en sumergirme en la segunda, ya que me había quedado con ganas de saber más de la primera. Pero, una vez que entré en clima, me entusiasmé. Fui a googlear el Túnel del amor en Ucrania (vayan ustedes también, ¿qué esperan?) y el giro que da la historia me dejó boquiabierta. Amé el final. Nada más que decir.

Insomnio (Parte I y II): La presencia de Dexter en un principio me dio pena, luego mucha ternura. Lo mismo sentí con el personaje de Nat. Esta es la historia más lograda del libro, una especie de cuento hecho de microcuentos. Me encantaría haber estado en ese pub en la noche del primer encuentro de los dos amigos.

Vacaciones en el infierno: Tres amigos se meten en la peor aventura de sus vidas. En este cuento, como en la guerra, no hay inocentes, ni ganadores. Me encantó el nexo oculto con otra de las historias de este libro.

La casita de piedra sobre la colina: Una historia dulce y algo triste sobre el amor verdadero de un soñador empedernido.

En conclusión, estos relatos tienen todos los ingredientes para formar parte de la biblioteca de todo lector curioso. Insomnio es de esos libros compuestos de infinidad de historias que los dejará leyendo hasta altas horas de la noche, pensando eso de "solo una página más y a dormir".

Calificación: 

Apto para: Amantes de las anécdotas que involucren sucesos sobrenaturales en acontecimientos históricos. Aficionados al suspenso.  
No apto para: Lectores ansiosos que no se aguanten la introducción a la verdadera trama. Pero, si uno es tan ansioso, lo más probable es que no disfrute leer en absoluto. Vayan y échenle una mirada. 
Dulzura: El pequeño vietnamita y su perro. El gato Dexter, a su manera. El pobre Nat, también. Nigel y Emily.
Acción: "Vacaciones en el infierno" tiene bastante. 
Sangre: En la segunda parte de "Insomnio". Y da escalofríos.
Sexo: "En el cine" nos trae de eso, con mucho morbo asociado, al mejor estilo de películas como Viernes 13.

(Aviso: No pongo más puntaje en números. Si lo terminé de leer es porque lo disfruté. Los que no termine irán en otra sección.)
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