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Cruzando Alvear

Cruzando Alvear

23 febrero 2019

cruzando alvearSubió al auto y arrancó. Los movimientos de sus manos sobre el volante, de sus pies sobre los pedales, todo salía por instinto. Como de costumbre, su mente consciente se fue a otra parte. Todo iba bien en la casa. Por fin la heladera funcionaba. Ya tenía el lavarropas nuevo. Si solo pudiera dejar al caniche con alguien cuando no estaba…

La separación, catastrófica como había sido, no le había dejado más que las ganas de estar solo. Podía echarse a ver la tele hasta la madrugada, únicamente en calzoncillos. Podía jugar con la consola al juego más sangriento y ruidoso, sin tener que oír quejas. Y podía comer milanesas con papas fritas cada día. En parte, porque era su plato favorito, pero también porque era lo único que sabía cocinar. Y no cambiaría por nada su nueva libertad.

Al fin, un respiro. Al fin, la paz. Tan necesarios. Pero también, qué raro era sentir los pensamientos en su cabeza, como quien grita en una habitación vacía.

Oh, el horrible silencio. Oh, la espantosa soledad.

Era mejor estar en la calle atestada, llenarse de conversaciones inútiles, de los colores chillones de los carteles de la avenida, mientras conducía en el taxi a extraños más felices que él.

Mientras iba en su isla personal, su refugio con ruedas, dejó a una pareja de chicos con remeras de arcoíris en la esquina de Colón y San Martín. Era mediados de febrero, justo ese día en el que a todos se les daba por hacer regalos estúpidos y decirse las cosas más repetidas por los siglos de los siglos como si fuese la primera vez.

Vio de reojo a los ocupantes del auto bajar y tomarse de la mano, para enfilar San Martín arriba a los besos. Molesto, chasqueó la lengua. A esas alturas de su propio duelo, cualquier demostración de cariño entre dos personas le escocía. Detrás, alguien ingresaba y ocupaba el lugar vacío.

Para el conductor, así eran las cosas. Así era el amor. Una serie interminable de ausencias y reemplazos.

—Buenas tardes.

—Feliz día de los enamorados —contestó la nueva ocupante.

No había llegado a la tercera década de su vida, pero ya se sentía anticuado, pasado de moda. Por ejemplo, su pasajera tenía el pelo de color fucsia y los ojos tan celestes que parecían blancos. Llevaba una camiseta plateada cortísima y un short de jean. Y pensar que él se había sentido rebelde haciéndose los claritos* en su adolescencia.

—¿Adónde te llevo? —preguntó, evitando gruñir y avanzando con el auto por la Colón.

—¿Adónde te gustaría ir? —respondió ella.

Él fijó la mirada en el retrovisor, donde la joven lo escrutaba con curiosidad, como si el papel de conductor fuese el suyo. El taxi seguía su marcha por la avenida, no demasiado rápido, no demasiado lento.

—Mirá, nena. No estoy para chistes, hoy. ¿Vas a alguna parte?

—Esa es mi pregunta, Gonzalo. Adónde vas a llegar, con esa inconstancia —dijo la chica, con gravedad en el tono—. ¿No es hora de que madures?

«¿Mamá?» pensó él, horrorizado, antes de pegar un salto en su asiento y frenar con estrépito frente al semáforo en rojo. La calle había cambiado el nombre y se acercaba a otra avenida histórica de la ciudad.

—¿Quién caraj…? —empezó a decir, girándose para enfrentar a la caradura. Pero no pudo moverse de la posición sobre el volante—. ¿Qué pasa?

—Disculpame, pero ya he tenido casos difíciles como el tuyo. Tu hermana, para no ir tan lejos. Ustedes parece que solo quieren complicarme la existencia. Mirá que separarse, juntarse, separarse… Se me acaba la colección de almas compatibles, caramba.

—Qué… pero qué sabés sobre…

—Ahorremos saliva. Desde ahora, vas a darme un gusto y vas a ser feliz por veinticuatro horas con la persona que te voy a flechar, ¿sí?

—Andate a la mier…

—Sí, sí. Creo que tengo a la indicada. Vas a sentir un dolorcito, pero tendrás que agradecerme después.

Así, la muchacha desapareció y el conductor sintió el ardor más espantoso en la espalda. Como una flecha que ingresaba desde atrás. O un pedo atravesado. Lo más extraño vino después. Música, colores, el brillo del sol contra el parabrisas. Él maniobró, aunque fue inútil. La luz lo cegó por un instante; lo demás, es historia.

Los testigos dicen que el choque era inevitable. Ambos autos venían a toda velocidad.

El que los conductores saliesen ilesos fue un milagro. La discusión que se armó entre ellos fue explosiva.

O algo así le contaron a sus nietos, sobre el día en que se conocieron.

***

Tercer relato del Febrero Carmesí. Cupido como personaje secundario siempre me sale más cínico de lo normal. Véanlo si no, en el relato que hice para San Valentín del 2017.

Esta vez, quise convertirlo en algo más moderno. Espero que haya salido.

* claritos: mechas de rubio que se hacían todos en la época de mi adolescencia, decolorándose franjas que a veces podían ser bastante gruesas (les llamaban reflejos) y a algunos les quedaba terrible. Ahora se usan más finitas, les llaman babylights o algo así.
Tango dolinesco

Tango dolinesco

21 febrero 2019

tango dolinaYo quise subir hasta tu alma 
yo quise los soles de tu mundo
yo quise llegar y me perdí
en nieblas de la equivocación.

Creí que tus ojos me llamaban
pensé que tu pena me esperaba,
tuve que morir y no llegué
hasta el cielo de tu juventud.
Naipes de mi torre
ruinas de mis versos
siempre va conmigo
la más fiel desolación.

Nubes que se arrastran
lluvias que se elevan
ya no habrá otro cielo
para el alma que se derrumbó.

Te llamo en mis lenguas confundidas
te buscan mis flechas extraviadas
tuve que escuchar y no entendí
la condena de tu desamor.

Presagios de mil constelaciones
burla de escalones engañosos
nunca llegarás, nunca jamás
hasta el cielo de su juventud.

Fragmento de La torre de Babel. En El bar del infierno, por Alejandro Dolina.
Cigarrillo

Cigarrillo

18 febrero 2019

cigarrilloLimpiando el viejo escritorio, se le cayó aquel cuaderno lleno de canciones. Lo alzó y la felicidad pareció apagarse de su vida, en un segundo. Arrollada, aplastada, como un cigarrillo terminado. Las cartas en papel perfumado, guardadas en orden, hablaban de encuentros en las noches en que se suponía que él iba a trabajar al bar. Así, ella encendió su vicio. Y con éste, ardió todo.

***

Microrrelato para el reto Cinco líneas de Adella Brac de este mes. Las palabras eran: canciones, felicidad y trabajar. De paso, sigo la temática del Febrero carmesí, que es el lado oscuro del amor.
Escribo mientras voy en el colectivo a pasar unos días a las sierras. Espero que salga algo pasable. Y cuando esté de vuelta, hago la imagen de presentación. Para que quede bonito, ¿no?
Los mejores romances literarios

Los mejores romances literarios

14 febrero 2019

parejasliterarias¡Buenos días y feliz San Chocolates para todos!
Antes de mi esperada cita con el dentista, vengo a
dejarles un pequeño especial para la fecha. Como no puedo regalarles nada físico, voy a entregarles una mini lista con mis parejas preferidas de todas las que he leído.


mort by katea
Mort e Ysabell,
fanart por Katea 
- Ysabell y Mort (Mort - Terry Pratchett)
¿Qué romance se puede esperar entre el heredero de la muerte y la hija adoptiva de ésta? Sí, sé que suena a historia adolescente, pero si el nombre de Terry Pratchett les suena de algo, sabrán que esta historia vale la pena. Y mucho.
RESEÑA DEL LIBRO

- Eskarina y Simón (Ritos iguales - Terry Pratchett)
Es verdad, soy muy fan de este autor. Y también sé que es verdad que solo son dos niños, pero creo que la inocente historia de estos dos es preciosa. Ojalá la hubiera continuado. Da para saber qué pasó cuando se hicieron más grandes, cómo manejaron las cosas. Pratchett escribió otro libro en el que siguió a Eskarina de mayor, pero no sé si Simón habrá aparecido también (si alguien lo sabe, me va a hacer muy feliz, si no, a buscar el libro por mi cuenta).
RESEÑA DEL LIBRO

cinder y kai por chouchow
Cinder y Kai, fanart por ChouChow
- Cinder y Kai (Cinder - Marissa Meyer)
En realidad, todas las parejas de esta saga completa me gustan. Pero Kai y Cinder son mis preferidos. La adaptación que hizo la autora de la historia de la Cenicienta y de un mundo futurista en el que androides y humanos conviven, además de la terrible reina Levana con sus poderes lunares, es para recomendar la lectura. Vayan, léanlo si todavía no lo han hecho. Si es que les gusta el romance, obvio.
RESEÑA DEL LIBRO

- Luz y Harrison (Como vivido cien veces - Cristina Bajo)
Este es un libro escrito por una autora de mi provincia, que adoré cuando era más chica y que de grande he disfrutado con su relectura. Ninguno de los dos es perfecto, ninguno de los dos es el héroe puro de este tipo de historias, y eso me encanta. He llorado mucho con el final de la saga, pero para qué spoilear cuando se puede disfrutar de esta primera parte.
RESEÑA DEL LIBRO

- La rosa y el principito (El principito - Antoine de Saint-Exupéry)
El que no haya visto el paralelismo de un romance en la relación de la rosa y el Principito, entonces... no me entenderá, supongo. El asunto es que a mí me hubiera gustado ver escrita también la versión de la rosa. Algo así como su descargo, supongo. Alguien debería intentarlo. Yo lo leería.
RESEÑA DEL LIBRO

geralt y yennefer por shalizeh
Geralt y Yennefer, fanart por Shalizeh
- Yennefer y Geralt de Rivia (La espada del destino - Andrzej Sapkowski)
Estos dos no son el ejemplo de pareja armoniosa, no señores. Pero tienen un encanto muy particular. Ambos son muy poderosos, en diferentes maneras, ambos son unos cabeza dura, pero tienen sus razones y ambos dan a la saga entera giros de mucho peso. A veces, no entiendo a Yennefer, pero eso no hace que deje de caerme bien. Al menos no por mucho tiempo. Eso es un logro de parte del autor, supongo. Vayan y lean la saga, si todavía no lo han hecho.
RESEÑA DEL LIBRO

- Elizabeth Bennet y Mr. Darcy (Orgullo y prejuicio - Jane Austen)
Por último, voy a mencionar el clásico de los clásicos para mí. Sí, los dos son unos raritos. Sí, él es un inadaptado social con dinero y por eso se porta como lo hace con ella. Y sí, la madre de ella es terrible pero hay otros personajes que son peores. Este libro fue mi reencuentro con la lectura en mi adolescencia, así que lo valoro muchísimo.
RESEÑA DEL LIBRO

¿Qué tal? Ustedes conocen alguna de las que mencioné, estoy segura. Si tienen más parejas literarias para sugerirme, con gusto voy a apuntarme para leer los libros que mencionen en comentarios.
Cambio y fuera

Cambio y fuera

cambioyfueraAsí, un día vio las señales.
El lugar estaba tan lleno de éstas, que ella no supo cómo no se había dado cuenta antes.
Una enorme flecha colorada le indicó a la detective Rojas el camino de salida.
¿Y cómo había sido? ¿Cómo se había encerrado así? Ya no importaba. Lo difícil ya estaba hecho. Ahora estaba a punto de lograr la libertad de nuevo.
Salió por la oreja izquierda. Hubiera preferido evitar deslizarse por semejante conducto, más que nada por la cera que lo tapizaba todo, pero sabía que había opciones peores.
Con cuidado, bajó por el cuello, gracias a unas cuantas hebras de cabello oscuro que sirvieron de sogas. Llegado cierto punto, no le quedó más que saltar. Cayó en la superficie suave y acolchada de la almohada. Y corrió. Corrió como nunca en su vida.
Llegó hasta el límite de la cama y tuvo que detenerse. El vacío al que tendría que lanzarse era demasiado grande, demasiado oscuro. Sintió miedo.
Entonces, por primera vez desde que estaba afuera, se volvió a mirarlo. Todavía estaba ahí, con los ojos cerrados, respirando tan profundo… Se planteó volver. Pero era el temor al abismo de allá adelante. No era el gusto lo que la invitaba al pabellón oscuro de esa oreja otra vez.
Se dio una palmada en la frente, molesta. ¡Si había nacido para resolver misterios, era lo que hacía antes de todo aquello! Podía salir de ahí.
Así que pasó al otro lado de la cama, bordeando los brazos, las piernas, los zapatos todavía puestos del que dormía. Echó un vistazo al resto de la habitación enorme en la que se había metido. La ventana no estaba tan lejos. Y la puerta del patio no tendría llave, eso seguro.
Más animada, puso manos a la obra. Podía tardar, eso sí, habría peligros, también, pero no iba a renunciar.

***
Relato para mi desafío del Febrero carmesí. No sé si salió bien la consigna (y eso que yo misma la puse, ja, soy un lío para estas cosas). El objeto era la flecha roja de la imagen, el disparador creativo fue la imagen, en realidad. Eso y una frase de este tema: "Estaba encerrado en una habitación llamada tú y ahora quiero libertad" (o como diga, más o menos, la traducción). Lo que importa es que algo salió. 
Feliz San Chocolates a todos y que este sea un día como cualquier otro. Yo lo voy a pasar en el dentista. 
Copia fiel

Copia fiel

06 febrero 2019

copia fielEntré en casa y fue un poco extraño. Giré la llave —estoy seguro de que la puerta era la correcta, de que era mi llavero y con la misma llave de costumbre—. Como decía, giré la llave, bajé el picaporte y entré por aquella puerta que se veía como mi puerta. La de siempre.
El problema fue que no encontré mi casa. Era otro lugar. No entendía qué era lo que ocurría. Tanto rojo. Tanto plástico por todas partes. De pronto, ya no estaba solo, aquel no era mi santuario.
Tampoco sé por qué aquella mujer salió del dormitorio, gritando y reclamándome por no haber llegado más temprano. No sé cómo es que sabía mi nombre.
Que no recuerdo haberme casado con ella, oficial.
No sé qué son esas fotos en la repisa en las que estoy abrazado a ella.
Que no la conozco. Mi amor es el viento fresco, las rutas, la vida en libertad.
Tampoco entiendo cómo es que mi perro la sigue. Si Firuláis es tan apegado a mí, tan desconfiado de los extraños.
Y sí, no es mi culpa que los últimos diez años se hayan borrado de mi cabeza. Al final, voy a tener que indicarle a esa desconocida la salida de mi casa, de mi vida, con señas si es necesario.
Que no, que ésa no es mi casa. Ya no.
Y no, no tiene nada que ver que la encontrara anoche con otro en la misma cama que compartimos desde hace nueve años y medio, oficial.
Aunque, ¿qué cama? ¿Cuál cama?
He decidido olvidar todo. Incluso el cadáver del amante, enterrado en el patio trasero.
No tengo idea. Ni del plástico, ni de los muebles rotos, ni de la pala que sigue en el suelo del jardín de ese lugar que no conozco. Haga de cuenta que hoy soy un hombre nuevo. Ya no tengo nada que ver con el que fui ayer.
Así que a mí no me pregunten.

***
Relato escrito a partir de la imagen, para mi autodesafío Febrero carmesí.
No me sale escribir romance, ni aún en febrero, así que al menos voy a tirar con el color rojo. Como para acercarme en algo. No digan que no lo intenté.
Voy poniéndome al día, wiii...
Febrero carmesí

Febrero carmesí

01 febrero 2019

febrero carmesi
¡Buenas noches! ¿Cómo están? Espero que hayan empezado el segundo mes del 2019 con toda la energía para nuevos proyectos. Yo todavía estoy acomodándome a mi nueva vida y me voy quedando corta de excusas para no venir por acá a hacer lo que más me gusta: escribir y leerlos a ustedes.
Como dijo David Rubio, de Relatos en su tinta, parafraseando al genial Stephen King, hay momentos de puertas cerradas y de puertas abiertas, así que sospecho que todo tiene su razón de ser.

Voy a presentarles mi nuevo autodesafío para este mes: Febrero carmesí.
El color rojo inspira muchas cosas, lo sabemos. Y como en todas partes están con San Valentín, pensé en venir y hacer algo, ya fuese en la línea romántica o en cualquier otra que pudiera relacionarse a la fecha.

Estas serán mis próximas publicaciones en las semanas que vienen. Si ustedes se animan, pueden hacerlo conmigo:

- Relato a partir de la siguiente imagen: https://images.unsplash.com/photo-1518366352543-6609db5ccdef?ixlib=rb-1.2.1&auto=format&fit=crop&w=375&q=80
- Relato a partir de algún objeto rojo, que sea el centro de la trama.
- Relato de cualquier género, que incluya a Cupido como personaje secundario.
- Relato en el que se de una continuidad a los tres primeros relatos.

Vamos a ver qué sale a partir de esto. Tengo algunas ideas para traerles.
¡Que pasen un feliz febrero y que nos leamos más seguido!
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